sábado, noviembre 12, 2005

SELAI desde Argentina

SELAI desde Argentina

"Si supiera lo que es el arte, no se lo diría a nadie". Pablo Picasso

Con la humildad y la modestia de no ser absolutamente nadie, nosotros, afirmamos taxativamente que estamos en contra de esta posición.

¿Por qué?

Artistas que, poco a poco, y por distintos motivos cada uno, no sólo se han alejado de la lucha de clases sino además de su rol como elementos de ruptura con todos los elementos de reproducción cultural, sino además de su papel de inquebrantables guerreros por la libertad a secas... La tan bella libertad.

El lugar en la actualidad que ocupa la cultura y la educación, lo mismo que el arte, es casi de último orden para los gobiernos de turno, para darse cuenta no hay más que fijarse los porcentajes del PBI que se le dedican y cuanto es lo que sale para abonar la deuda externa.

El panorama parece un tanto desolador y solitario para aquellos que desbordamos de rebeldías. Pero quienes han quedado en la franja de los que hacen "arte por el arte" corren con dos riesgos: el primero es que sólo su ombligo puede disfrutar de estas maravillas, y el segundo es que si avanza la recolonización y países como Argentina, entre otros, van transformándose cada vez más en una colonia del pillaje imperialista ni siquiera esos ombligos van a tener la posibilidad de disfrutarlo.

¿Qué tenemos que ver con el arte y con la cultura? Para quienes no nos conozcan, que seguramente serán la gran mayoría, somos simplemente hombres y mujeres que hacemos arte, y no sabemos si somos buenos o malos en lo que hacemos, no porque tengamos poco o nada de autoestima, más bien se debe a que no nos creemos los indicados para realizar semejante juicio. Creemos que ningún artista se autosentenciaría, pues el único con derecho legítimo para hacer esto es nada más y nada menos que el público, los espectadores, los oyentes, los lectores, aquellos con la capacidad de sensibilizarse ante lo estéticamente bello.

Pero como si fuera un trozo de costa que se quiebra y se independiza del resto, el artista, el creador, se ve alejado, se ve aislado de la masa, del resto, de los que están con los pies sobre la tierra.

Hace mucho -y creo que nadie se tomó el trabajo de llevar la cuenta desde cuándo- se han ido transformando en "anónimos". ¿Y a qué nos referimos con esta aparentemente rara categoría? Al hecho de que hace tiempo -y exceptuemos el género musical- no surgen figuras de renombre, que superen el espectro de los círculos cerrados de cierta intelectualidad y se transformen en un murmullo en constante repetición en las masas populares. Hagamos un intento de falsacionismo al estilo Popper. Nosotros aquí y ustedes en sus casas: nombre de un escritor nuevo, contemporáneo, de un poeta, de un dramaturgo, de un artista plástico. No, todos los que nombraron hace tiempo que ya están dando vueltas.

Anónimos y sin la posibilidad de que su nombre se haga conocer, no por falta de aptitudes, sino por este tan eterno ajuste para con todos, pero en especial para aquellos que expresamos cosas que están más allá de lo cotidiano.

Cierta sensibilidad que no es propia nos permite imaginar, soñar con cosas por fuera de la explotación y la opresión de todos los días.

El arte tiene la obligación de romper los esquemas, las estructuras y de cerrar siempre hacia delante, aunque el arte sin los otros no es absolutamente nada, la belleza sin el que se deleite con ella no existe más que como aspiración.

La situación tan candente a escala mundial, la guerra por el dominio político del mundo; a nivel latinoamericano chocando con el callejón sin salida del nacionalismo burgués, el populismo, la demagogia y la entrega cipayesca junto al continuo saqueo, nos pone a nosotros, creadores, también en una tajante disyuntiva: o nos resignamos a esto diciendo que nada se puede hacer o con nuestras reivindicaciones nos sumamos plegándonos a los reclamos por salario, educación, salud y trabajo genuino.

El espacio o los espacios que poseemos cada se reducen más, se limitan o directamente desaparecen. Depende de nosotros y de nuestra acción consciente torcer la realidad. Si coincidimos en lo fundamental, estaremos en condiciones de coordinar, de unificar fuerzas y de empezar a transformar el presente para construir un futuro lleno de posibilidades y sin necesidades, el reino de los hombres libres.

¡Viva la semana latinoamericana del arte independiente!
Por la libertad del arte; por un arte de liberación.
Arte, sinónimo de Revolución.

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